J.M.Calleja

HOMENAJES
Valladolid 2007

 

HULDIGUNG
Víctor Infantes

Homenaje, tomado de omenatge, de occitano antiguo

(más que del catalán homenatge), derivado de ome

hombre’ en el sentido de ‘vasallo’.

Nueve por nueve son ochenta y uno, y ocho y uno suman nueve; nueve por tres son veintisiete, y siete y dos suman nueve; tres por tres son nueve, y nueve es siempre nueve. (Por la cuenta del autor.) Si no bastan los números, con sus combinaciones (nunca) fortuitas, están las letras, todas las letras posibles, con sus aleaciones (siempre) fortuitas. Números y letras, números tras las letras, letras numeradas en las propias letras; signos de formas, formas que son signos, signos que forman signos y formas. No existe un silencio más expresivo cuando se superponen y se desafían en su ubicación estos dos lexemas de órdenes (aparentemente) contradictorios, porque las palabras llenan demasiado espacio, se niegan a dejarse sugerir, monolíticas en su intransigencia negra, lentas siempre en sus recorridos paralelos.

Y se me olvidaba, lo siento, la trama de la que surgen o sobre la que se proyectan, su propio cielo multipolicromático agradecido.

Cada cual, cada cual, que aprenda su juego y el que no lo aprenda, pagará un poema; puede ser múltiple, el juego y el poema. (Por eso empezaba multiplicando con esa tabla (tan) antigua en la que he eliminado todas las xxxxxxxxxxx; sobran, para este libro tenemos suficiente mercurio en la memoria.)

H (1) o (2) m (3) e (4) n (5) a (6) j (7) e (8) s (9) dice el buen vasallo, y sigue, después, jugando a jugar con sus honrados dirigentes. Son sus deudas. Aplicado, entonces, a recuperar sus compromisos y a saldar los débitos de tanta amnesia controlada. ¿Cómo? Sólo tiene una página que se quiere alargar horizontalmente para ocuparse de sí misma y golpearnos en su trayectoria longitudinal (y necesita veintisiete mares de silencio expresivamente dibujados para esta nueva escritura).

Cada recuerdo va a ser un golpe de luz debido al fogonazo celular de un nombre, la falla secuencial de una tierra personal y propia donde germina un meteoro que cayó en la memoria. Y tiene a su disposición un alfabeto clausuradamente múltiple, que tendrá que competir contra la imagen de una macla imaginaria, que remite al nombre de un hombre (y de dos mujeres) que provoca los enigmas. Se revelan, disciplinadamente, las combinaciones de una morfosintaxis tipográfica que evocan las texturas de un silencio que cobra consistencia plástica por su materia virgen, desplegada por su gramática telúrica en la cartografía de la página

Veintisiete emblemas cuyo motto es el nombre de su propia representación, fácilmente reconocibles a nada que buceemos en los piélagos de la poesía, y cuya pictura son (también) los propios nombres, (re)convertidos ahora en una empresa sin commento. Pura epigrafía braquigráfica, rellena de oquedades que cobran sentido, iconos al fin expresados y nunca aleatorios; jeroglíficos nominales, logogrifos estáticos condenados a la permanencia, actos poéticos notariales. Letras más formas, letras sobre las formas, formas contra las letras, formas entre letras organizadas con todas las pre(o)siciones posibles; conjunción de silencios iguales al asombro, congregados bajo el número previo de un orden. Nueve(a)mente nacidos. El autor ha cumplido con sus deudas, dejémosle en libertad, ya no podemos devolverle estos materiales empleados, se han quedado para siempre impregnados de su poesía.

 


Prólogo  del libro HomenajesEdiciones Tansonville. Valladolid 2007